MUNSA: Harinas de trigo panificables, sémola de trigo cristalino para pastas y semillas de trigo para cosecha.

El Valle del Yaqui empieza a sufrir las consecuencias de la crisis. Los productores reducirán un 10% el área de siembra en esta zona, considerada el granero de México, ante el crudo panorama que se avecina por la subida del dólar, que ha disparado el precio de los insumos, y la ausencia de ayudas estatales. El Gobierno Federal ha rechazado una y otra vez las peticiones de apoyo de los agricultores de Sonora, que han decidido incrementar el cultivo de maíz, volver a plantar girasol e introducir por primera vez en la zona la siembra de higuerilla.

El alto costo de los insumos y servicios es un problema que afecta al 83.4% de los productores del campo para sus actividades, según la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA). El trigo es uno de los mayores damnificados ya que la mayoría de los productos que se utilizan para el cultivo, como semillas y fertilizantes y , son importados. El Gobierno propone aumentar la producción de fertilizantes mexicanos, sobre todo nitrogenados, pero esta medida no tendrá efectos en el campo hasta principios del año 2016. En el caso de las semillas, la secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) trabaja para poner a disposición de los productores nuevas semillas mejoradas.

Soluciones que no tendrán un efecto inmediato por lo que los productores del Valle del Yaqui han decidido reducir la siembra de trigo en sus campos. Un problema que está afectando también a la industria panificadora y que, como adelantamos en este blog el pasado 17 de agosto, ha tenido una incidencia directa en el aumento del precio del bolillo y el pan dulce, con subidas del 25% y el 6%, respectivamente.

“El aumento del 20 por ciento en el costo de la harina de trigo fue la gota que derramó el vaso, luego que hace meses subieron los precios de otras materias primas”, aseguró en rueda de prensa Leopoldo González, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa). Además, para el sector resulta negativo el aumento en impuestos, tarifas en servicios de agua y luz, entre otros, así como la competencia desleal del mercado informal y de las cadenas de autoservicio, agregó González.

Al subir los costos de producción, las empresas de menor tamaño deciden cerrar e irse a la informalidad, donde ya operan casi el 20 por ciento de las compañías que conforman la industria, conformada por unas 28 mil panificadoras, las cuales generan 400 mil empleos directos y dos millones de puestos de trabajo indirectos. Para González, “las panificadoras de las tiendas de autoservicio significan también una competencia desleal, con precios, en promedio, 20 por ciento abajo del que tienen las panaderías”. Si el dólar sigue subiendo, advierte el responsable de la patronal, el problema tendrá severas consecuencias en la industria panadera.

Fuente:

Bajará cultivo de trigo en el valle